Es un imaginario en nuestra sociedad de que las personas productivas en el ámbito laboral son las que no toman recesos ,y por el contrario, son las que están todo el día en su escritorio enfrente de su computador. Para sorpresa de muchos, estudios han demostrado que no hay beneficio alguno para trabajadores y empleadores que no toman descansos.
Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), la inactividad física es considerada como el cuarto factor de riesgo que produce la mortalidad a nivel mundial, debido a que incrementa el riesgo de aparición de enfermedades laborales y otras como: diabetes, obesidad, osteoporosis, problemas cardiacos, hipertensión entre otros.
Por tal motivo, es necesario que hagas pausas cada dos horas a lo largo de la jornada laboral o que tomes un pequeño descanso en la mañana y otro en la tarde. Según estudios, las pausas activas son ideales para trabajar la movilidad articular y el estiramiento de los músculos, con el objetivo de prevenir lesiones. Realizar este tipo de actividades ayudará a que cuentes con un espacio para el esparcimiento y salir de la rutina, esto permitirá que puedas distraerte y volver al trabajo con más energía.
Si trabajas sin pausas no solo vas a sufrir agotamiento físico, sino también de implicaciones mentales, y algunas de las consecuencias de no descansar son principalmente la depresión y la ansiedad. Estos dos estados muy probablemente te lleven a disminuir tu productividad y a presentar problemas con tus compañeros de trabajo.
Pausas Activas
Para llevar a cabo pausas activas en su organización no es necesario contratar a un instructor, es más cuestión de realizar ejercicios básicos y actividades de esparcimiento para aprovechar al máximo el tiempo de descanso y aumentar la productividad. Por lo general las zonas de mayor fatiga son: la espalda, manos, muñecas y pies.
De esta manera, disciplinas como el yoga o la rumba contribuyen a fortalecer el sistema cardiovascular. Es así como se crea un mejor ambiente de trabajo, debido a que los empleados se integran.